Vale la pena trabajar en todos estos aspectos. El problema es que nadie, ni siquiera Max, tiene tiempo para entrenarlos todos por igual. Todos tendemos a entrenar lo que ya sabemos. Esto explica el estancamiento observado con frecuencia en el desempeño de muchos escaladores. Sin embargo, también sucede lo contrario, podemos lograr un progreso inmenso con el entrenamiento adecuado y con el enfoque correcto. Queremos saber ¿en qué deberíamos trabajar?, ¿qué no es importante ahora? y ¿cuándo cambiar nuestro plan?. Si pasamos demasiado tiempo con nuestras narices en un libro de entrenamiento de fuerza, es fácil olvidar que tener más fuerza, al igual que contar calorías y estar de pie en la balanza todos los días no es el punto final, sino que puede, contrariamente, terminar ocultándote y alejándote del verdadero objetivo que es: escalar mejor. La siguiente comparación debe mostrar lo importante que es establecer prioridades y no perder de vista el objetivo:
Durante el tiempo en la Policía Federal de Fronteras, Bruno y sus amigos pudieron comprar escarabajos desechados por VW a bajo precio. Todo el mundo estaba lleno de ideas sobre cómo volver a ponerlos en marcha. Discutieron toda la noche, pero el verdadero trabajo lo hizo cada uno solo en su garaje. Todos esperaban que algún día mágicamente su escarabajo se volviese un auto de carreras.
Cuando Bruno condujo su coche por primera vez, éste resultó ser un verdadero desastre. Algo que fue particularmente angustioso fue el hecho de que el motor tenía la misma vivacidad que una pastilla para dormir. Con mucho esfuerzo pudo apenas dominar las subidas, así que Bruno decidió entonces afinar el motor primero. Pasó un buen tiempo en talleres de reparación de automóviles, aprendió todo sobre carburadores y compresión, y aunque obviamente no pudo fabricar un motor de carreras, logró poder moverse en el tráfico después de todo. El escarabajo consiguió poder ir a 100 km / h y Bruno ya no tuvo que cambiar a primera marcha ni siquiera en las subidas. Bueno, el “alcanzar un máximo de 100 km / h” fue más bien teóricamente hablando, ya que a los 70 km / h, todo el auto comenzaba a vibrar fuertemente, lo que hacía que Bruno tuviera muchas dificultades para sostener el volante. Si aparecía una curva en el horizonte, lo recorría una violenta descarga de adrenalina, seguida de un sudor excesivo. Bajo estas circunstancias, ahora Bruno tenía que realmente enfrentarse a la dirección, lo cual al principio, cuando andaba a paso de tortuga, nunca había representado un problema. Hm, dirección ... Aquí se detuvo el entusiasmo de Bruno. Los muchachos siempre hablaban sobre caballos de fuerza y más caballos de fuerza, pero ¿cómo se mide una mejor dirección? Un sistema de dirección está colocado de manera tan discreta dentro del automóvil que a Bruno le dio mucho fastidio invertir tiempo o dinero en mejorarlo. Por otro lado, ¿el nuevo carburador? claro que ya todos los amigos lo tenían!, traía 3.5PS más y les permitía recuperar en las rectas el tiempo que se perdía en las curvas. Además, el coche estaba mucho mejor ahora que al principio.
Después de que Bruno llevó a cabo otras varias medidas de ajuste del motor durante el año siguiente (la dirección seguía estando muy descuidada, mientras que la culata del cilindro Pascha original relucía frente al sol), el escarabajo desafortunadamente se convirtió en una renta. Un viaje con los amigos a Bergheim debía ser interrumpido varias veces para tanquear. El depósito de gasolina también tenía grietas, por lo que Bruno nunca pudo tanquear más de diez litros.
La afición de Bruno por los escarabajos se acabó aquí. Al igual que con la dirección, no se atrevió a poner dinero en algo tan poco visible como un tanque de gasolina, incluso cuando eso tenía mucho más sentido que comprar las llantas de aluminio de “bajo perfil”. La historia con el escarabajo había llegado a su fin. El automóvil realmente no podría mejorarse incluso con 100HP si no se mejoraba la dirección y se reemplazaba el tanque. Hoy, el escarabajo está parqueado en el garaje de Bruno y no es utilizado.
Al igual que en un automóvil, el desempeño de un escalador resulta de una cadena de diferentes características y habilidades que deben complementarse armoniosamente entre sí. Aunque el rendimiento depende del uso combinado de los factores individuales, ¡es más que solo la suma de ellos! De hecho, el rendimiento se ve limitado por la capacidad que esté menos desarrollada. La calidad del escarabajo de Bruno está limitada, por ejemplo, por el tanque y la dirección, al igual que una cadena está limitada por su eslabón más débil. El resultado es que una pequeña mejora en un punto débil, como la dirección, da como resultado un salto mayor en el rendimiento que la optimización de un área ya bien desarrollada como el motor.
El crux para nosotros los escaladores es poder reconocer lo que nos impide escalar mejor. Si solo te ocupas de un factor de tu entrenamiento durante un largo tiempo, eventualmente llegarás al punto en el que todo el esfuerzo estaría mejor invertido en otra área. Por lo tanto, entrenar con sensatez significa preguntarse primero cuál es el eslabón más débil. Este enfoque autocrítico puede mostrarnos aspectos de nuestra vida con los que no nos gusta enfrentarnos. Para este proceso existe el alentador refrán popular “El autoconocimiento es el primer paso para poder mejorar”.
“¡Escalar es tan complejo!” exclamó Wolfgang Güllich, al borde de las lágrimas, mientras intentaba el 8a SALES TEMPS ubicado en Verdon en el año 1984. Wolfgang falló una y otra vez durante varios días de intento en una ruta que no era tan difícil para él. La certeza de que en el entrenamiento del invierno anterior había logrado un aumento adicional en el rendimiento de su ya increíble fuerza máxima no hizo que la derrota fuera más dulce porque simplemente no fue capaz de transferir esta fuerza a la pared. Sin embargo, sus palabras ya indicaban que Wolfgang podía trabajar en sus debilidades. Cambió sus prioridades, entrenó de forma más específica, regresó a Verdon y encadenó SALES TEMPS y otras rutas difíciles.
En el otoño del mismo año finalmente logró encadenar la primera ruta del décimo grado (según la escala UIAA) en el mundo, KANAL IM RÜCKEN.
1. Bruno entró resoplando como un toro y pronto estuvo en el comienzo del techo. Con la mano izquierda sobre la estalactita, logró alcanzar el centro del techo con la mano derecha pero perdió el contacto con los pies cuando intentó unir manos en el agarre 2.
3. Estando en lo que para él era una posición segura (como de dominada), disfrutó de sus poderes mejor desarrollados. “¡Qué bueno que para hacer techos lo necesario sea tener mucha fuerza!” pensó, bloqueando el agarre que tenía con la mano izquierda y disparándose al borde del techo con la mano derecha. Sostuvo el siguiente agarre y calmó sus pies que parecían un helicóptero mientras se preparaba para el siguiente paso que era el más difícil 4.
5. Como sabía que al soltar su mano izquierda lo esperaba un gran péndulo, se aferró fuertemente al agarre de la mano derecha para así poder contrarrestar el movimiento. Bruno estaba cubierto de sudor. Para poder magnesear le tocaba colgarse de un solo brazo, pero lo hizo sin problema, sonriendo casualmente, mientras se mordía el labio inferior ensangrentado.
6, 7 Incapaz de apoyar los pies contra la pared, Bruno hizo un último dinámico, que lo llevó a la anhelada guaca de salida.
A pesar de que el rostro de Bruno estaba completamente rojo y brillante, no ocultaba la profunda satisfacción por el éxito del encadene. Mientras bajaba por el otro lado del bloque más difícil que hasta el momento había hecho en su vida, explicó a quienes estaban presentes cómo su despiadada dieta y su estricto régimen de ejercicio habían sido fundamentales en la impresionante demostración de destreza humana que acababan de presenciar. Con la generosidad y humildad que caracteriza a las personas exitosas, asintió con la cabeza a Julia y le dijo: “¡Pruébalo tú también!”, ocultando generosamente lo presuntuoso que realmente consideraba que ella osara hacer un intento.
Julia abordó el Agressionsdach de una forma un poco diferente. Debido a su fuerza significativamente menor (en un buen día puede hacer un máximo de tres dominadas), no tuvo más remedio que aprovechar las condiciones de la roca, así que en lugar de dejar caer el peso de su cuerpo sobre el hombro de su brazo estirado, ella logró enganchar la estalactica con su pie izquierdo, lo cual le permitió incluso poder magnesear en los agarres del techo. En el borde del techo, su buena movilidad y flexibilidad resultaron ser obviamente una gran ventaja, lo cual le permitió posicionar bien sus pies para los últimos movimientos. ¡Hizo todo el recorrido prácticamente sin tener que bloquear los brazos! Exhausta pero satisfecha fue hasta donde estaba Bruno, sin darse cuenta de que había arruinado mucho su día ...
La teoría del eslabón más débil sirve como filosofía básica para nuestro entrenamiento. Los principios son los mismos tanto para los principiantes como para los participantes de la Copa del Mundo.
En deportes como el maratonismo donde la dificultad radica en poder mantener un estereotipo de movimiento durante un período de tiempo determinado, los requisitos no son muy complejos. Para convertirse en el mejor corredor del mundo se debe correr varias veces al día.
Actividades como el baloncesto, el surf, el skate y la escalada, por otro lado, tienen requisitos muy diferentes, a veces incluso contradictorios y, por lo tanto, son más complejos y difíciles de entrenar. Nadie tiene tiempo para entrenar por igual todas las habilidades que se necesitan, por tanto, el lema del entrenamiento debe ser establecer prioridades individuales. Pero ¿ cuáles? Reconocer tus propias debilidades y fortalezas puede ser difícil porque has vivido con ellas durante mucho tiempo. Muchos escaladores creen que conocen una salida a este dilema. ¿Por qué no simplemente copiar el plan de entrenamiento de la superestrella actual Lama Scharma? Desafortunadamente, esto no es una solución porque el entrenamiento óptimo de uno puede ser inútil para otro, incluso si los objetivos son los mismos.
Un ejemplo de atletismo puede ilustrar esto. Las distancias medias, es decir, los 800 y 1500 metros, eran dominadas por la rivalidad entre Sebastian Coe y Steven Ovett a principios de los ochenta. Lo notable fue que Coe, bastante bajo, y Ovett alto, prefirieron llevar a cabo planes de entrenamiento completamente diferentes. Coe solo corría de 60 a 80 kilómetros por semana, pero de manera relativamente rápida e intensa, mientras que Ovett trotaba hasta 250 kilómetros por semana. Cualquiera que piense que esta diferencia podía ser notada en los resultados de la competencia se equivoca: en los Juegos Olímpicos de 1984, Ovett ganó el ... 800m y Coe los 1500m! (Cada uno terminó en segundo lugar en la otra disciplina).
Es como en otras áreas de nuestra vida: el deseo, la ambición, el fanatismo y el trabajo duro son en vano si no se controlan inteligentemente. La escalada es compleja y llena de contrastes. En el crepúsculo de la fuerza máxima y de la técnica, son el hecho de poder sentirse seguro en una ruta insegura y el equilibrio entre el miedo y la ambición, lo que hace que los escaladores puedan volver posible lo que parece imposible. ¶